El conocimiento vuelve a sus raíces para afrontar el cambio climático

Cuando el colombiano Juan Fernando Mendoza Ledezma, administrador del medio ambiente por vocación, inició su experiencia de estudios de doctorado en Alemania no imaginó todo lo que podía aportar a las comunidades rurales de su región para afrontar el cambio climático. Su relato es el de una aventura emocionante en la que el retorno del saber a su lugar de origen ha tenido un impacto significativo.

Escrito por: Luis Carlos Proaños O.

Juan Fernando Mendoza Ledezma, administrador del medio ambiente y de los recursos naturales de la Universidad Autónoma de Occidente, inició su formación posgradual con una doble titulación (Especialización en Práctica del Desarrollo y Maestría en Socioeconomía Ambiental) en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) entre 2010 y 2011 en Costa Rica. Pero ahí no se detuvo su interés por seguir estudiando y aprendiendo en el exterior.

En la zona de estudio de su proyecto de investigación.

Volvió a Colombia tras finalizar sus estudios y, luego de desempeñarse laboralmente en los sectores público y privado, buscó las formas de viajar a Alemania para realizar un doctorado. ¡Era su gran meta! Tras algunos intentos fallidos y una búsqueda con empeño y determinación, se postuló al Programa Crédito Beca de COLFUTURO y a la beca parcial que ofrece en convenio con el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por sus siglas en alemán) para financiar su proyecto.

Para ser admitido al programa, debía contar con un supervisor interesado en su proyecto de investigación y a pesar de las múltiples respuestas negativas, recibió confirmación en el de Ciencias de la Tierra (Erdsystemwissenschaften en alemán) en la Universität Hamburg. Este doctorado tiene como líneas de acción temas relacionados con el cambio climático, con enfoque específico en Latinoamérica, de acuerdo con el grupo de investigación “Critical Geographies of Global Inequalities”, al cual pertenece.

Una montaña rusa de experiencias

En 2019 fue seleccionado en la convocatoria de COLFUTURO y el DAAD. En octubre de ese mismo año viajó para iniciar sus estudios en la fría y receptiva ciudad de Hamburgo. Y un par de meses después se sumergió de lleno en la elaboración de su proyecto de investigación. Así, decidió estudiar la adaptación al cambio climático de las comunidades rurales del municipio de Santander de Quilichao, Cauca, el lugar donde nació.

Desde Hamburgo, ciudad que lo acogió para realizar su doctorado.

“El objetivo de realizar un diagnóstico participativo era saber si ellos estaban teniendo problemas de adaptación al cambio climático sin mencionarles que se iba a hablar sobre este tema en la investigación. Para sorpresa de nosotros, son comunidades que viven el día a día, donde la necesidad y muchas veces, sin querer, hace que utilicen estrategias para enfrentar esos cambios en el clima. Se encontró también que carecen de estrategias técnicas para la adaptación, y por eso sus sistemas productivos están teniendo menor rendimiento, así como también una mayor vulnerabilidad frente a este fenómeno”, explica.

“El tiempo que estuve en Colombia fue muy productivo para el proyecto, tanto así que mis profesores alemanes me decían que no tenía sentido que me devolviera porque en Colombia estaba trabajando con las comunidades, recolectando información clave para el desarrollo del proyecto.

Luego, en marzo de 2020, llegó el momento de volver a Colombia para realizar una visita de campo y proceder con la recolección de datos empíricos durante 3 meses. Sin embargo, debido a la pandemia del covid-19, su estancia se extendió por casi dos años. “Los estudios y el trabajo de campo se vieron un poco postergados ya que las comunidades no querían recibir personas ajenas por el temor de una infección”, recuerda Juan desde Hamburgo.

Sin embargo, con el desarrollo del proyecto y el paso de los días se ganó la confianza de los habitantes del sector y la investigación empezó a fluir, tiempo que le permitió profundizar más en la reconstrucción histórica del territorio y en la formulación participativa de estrategias de adaptación al cambio climático. Pudo recolectar los datos necesarios y de forma virtual iba presentando informes y avances a su supervisora.

En medio del cambio drástico que vivía su rutina, desde Colombia tomaba las clases teóricas de su posgrado en la madrugada, debido al cambio de horario. Durante el día se dedicaba a las labores de padre de familia y a avanzar en la investigación.

“El tiempo que estuve en Colombia fue muy productivo para el proyecto, tanto así que mis profesores alemanes me decían que no tenía sentido que me devolviera porque en Colombia estaba trabajando con las comunidades, recolectando información clave para el desarrollo del proyecto. Allá estaban en cuarentena, trabajando desde casa; no tenía ningún sentido irme a encerrar a Alemania si en Colombia estaba visitando las comunidades”, sostiene.

Su permanencia prolongada en el país lo llevó a renunciar a la beca del DAAD porque estuvo más de seis meses en Colombia. Habló con COLFUTURO para aplazar el crédito beca mientras recorría la zona y realizaba la investigación. Debió presentar sus avances académicos y con esa nutrida evidencia recibió el apoyo de la Fundación. Además, tuvo que solicitar una nueva visa de estudiante pues su permiso de residencia había perdido validez.

Su proyecto de investigación se desarrolló con las comunidades rurales.

Entre tanto, buscó otro soporte financiero en la Universidad de Hamburgo: luego de no haber sido seleccionado en 2020, aplicó de nuevo en 2021 a una beca para investigadores que tuvieron problemas debido a la pandemia. Se ganó el apoyo económico por seis meses y con ello ha podido continuar investigando, superando cada obstáculo con tenacidad. Los recursos obtenidos por esta vía los está usando desde enero de 2022 y los recibirá hasta el próximo mes de junio de este año.

Contribuyendo a la inaplazable adaptación al cambio climático

Gracias al proyecto de investigación, Juan Fernando ha regresado a su tierra natal y ha empezado a aportar todo el conocimiento adquirido antes de lo pensado, ayudando a las comunidades de la zona rural del municipio a implementar estrategias efectivas para adaptarse al cambio climático y contribuyendo, con eso, a mejorar su calidad de vida. “Todos los resultados del diagnóstico llevaron a implementar sistemas de adaptación que les permitan un mayor rendimiento a sus sistemas productivos”, resalta.

"Hay constante comunicación con habitantes, campesinos, estudiantes y profesores que están trabajando en el mismo objetivo"

Para eso, en la zona se han instalado sistemas de recolección de agua lluvia, estaciones meteorológicas básicas que les permiten obtener más información climática y están desarrollando plataformas digitales para darle visibilidad externa al trabajo de las comunidades.  “Adicionalmente estamos creando una aplicación móvil para registrar los datos de las estaciones meteorológicas con el objetivo de que las comunidades puedan tener acceso a esa información y puedan decir: «Sé que entre enero y marzo está lloviendo más o lo contrario» y así, planear sus cultivos”, remarca.

La interacción directa con la comunidad de Santander de Quilichao.

En su último reporte, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, la entidad de la ONU encargada de evaluar y proveer al mundo información científica sobre este fenómeno, ha reconocido que las comunidades más vulnerables por la transformación del clima son las rurales.

Juan Fernando le ha hecho un seguimiento al documento y sabe que su investigación es una forma de intervenir esa problemática.  “Desde mi proyecto la idea es contribuir a los planes de desarrollo de adaptación al cambio climático. Con esta información y la capacitación, la idea es poder aplicar el conocimiento a través de las diferentes estrategias y métodos para que se vean reflejados. También aplicar, con un proyecto enfocado en el sector rural, al apoyo de la cooperación internacional como Alemania, algo a lo que las comunidades normalmente no tienen acceso”, dice sobre el impacto que puede tener su proyecto.

"La investigación continua, se tiene proyectado recolectar más datos durante todo el año 2022, fortalecer las estrategias de adaptación al cambio climático y promover una sostenibilidad del proyecto" 

El proyecto continúa en marcha por buen camino y ya tiene el 90 % de la información recolectada. En el mes de febrero de 2022 pudo volver a Alemania, junto con su familia, y desde allá continúa en contacto con los líderes de las comunidades que más apropiación han tenido de la idea, para hacerle seguimiento a la implementación.

“Nos comunicamos virtualmente cada quince días y me cuentan cómo están funcionando las estrategias, así como también me envían datos de las estaciones meteorológicas básicas. También se generó un convenio con el programa de Ingeniería Agroambiental de la Corporación Universitaria Comfacauca en Santander de Quilichao para que los estudiantes y docentes desarrollen proyectos en la zona que vayan encadenados al que yo he desarrollado. Hay constante comunicación con habitantes, campesinos, estudiantes y profesores que están trabajando en el mismo objetivo” resalta.

Durante la jornada de reforestación.

A esta altura, según comenta Juan Fernando, las comunidades pueden ver los efectos de las estrategias en su cotidianidad. “Están adaptándose mejor al clima y están con el empoderamiento de que esta idea funciona. Ya no están reacios a decir: 'otro proyecto, otra persona que viene a pedirnos información y no vemos resultados'. Afortunadamente no ha sido así y he tenido buena respuesta de su parte. La investigación continua, se tiene proyectado recolectar más datos durante todo el año 2022, fortalecer las estrategias de adaptación al cambio climático y promover una sostenibilidad del proyecto” finaliza.

Esa, sin dudas, es la mejor forma del retorno del conocimiento para el país.

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