El amor por los paisajes: un impulso para vivir aventuras en el exterior

La arquitecta paisajista bogotana Francy Viviana Ávila tomó la decisión de transformar su vida y su carrera con un posgrado en Noruega, con el apoyo de COLFUTURO. Esta ha sido su mejor decisión de vida pues encontró un entorno de equilibrio entre medioambiente, calidad de vida, desarrollo profesional y tranquilidad espiritual. Hoy hace parte de una de las oficinas de arquitectos más reconocidas de Oslo.

Escrito por: Luis Carlos Proaños O.

En dos momentos puntuales puedes tomar decisiones que cambiarán el curso natural de tu vida para siempre. Eso fue lo que le sucedió a Francy Viviana Ávila Castañeda, arquitecta colombiana formada en la Universidad de La Salle. El primer momento fue cuando, durante el desarrollo de su carrera de pregrado, se fue de intercambio por 6 meses a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el DF.

Allí pudo comprobar, por conocimiento de causa, que lo que quería era continuar su formación profesional en el exterior. La segunda parte fue mientras trabajaba en Santa Marta, en la oficina de arquitectura Lattitude (hoy renombrada como Celestre y piedra). Viviendo esa etapa se dio cuenta de dos cosas: que había un vacío de profesionales de su área especializados en paisaje y que esa sería su pasión de allí en adelante.

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Entonces empezó un operativo para combinar esas dos revelaciones y cumplir su sueño. Las fases eran progresivas: planear, escoger y viajar. “La etapa más larga del proceso fue la de definir. Porque tienes el mundo entero para decidir. Vi que cada país te va a dar una experiencia muy diferente; entonces hice un cuadro comparativo entre los que más me llamaban la atención y asigné criterios de cosas que para mí eran importantes”, recuerda hoy desde Oslo.

Francy Viviana Ávila en Noruega

Tras una definición muy bien analizada, Noruega se perfiló como el destino ideal, pues tenía todo lo que buscaba: calidad de vida, la tranquilidad social escandinava y una de las mejores universidades de la región en arquitectura, la Oslo School of Architecture and Design – AHO.

Noruega tiene uno de los paisajes más espectaculares del mundo, tiene los fiordos, todas las estaciones a niveles extremos, y las auroras boreales. La cultura noruega es de respetar mucho la naturaleza: es sostenible.

En esa etapa COLFUTURO apareció como un aliado para impulsar su decisión de ir a estudiar en este destino. Fue seleccionada en la convocatoria 2019 y ese año viajó a Oslo para vivir en carne propia lo que tanto había anhelado.

Luego de superar los choques culturales propios del cambio de país de residencia, en Oslo encontró el espacio soñado para desarrollar sus intereses profesionales y desplegó junto a ello algunas preferencias personales.

“Para mí, como paisajista la relación con la naturaleza es muy importante. Noruega tiene uno de los paisajes más espectaculares del mundo, tiene los fiordos, todas las estaciones a niveles extremos, y las auroras boreales. La cultura noruega es de respetar mucho la naturaleza: es sostenible. Para mí era importante aprender a diseñar en diferentes climas, algunos extremos, porque cuando estaba en Colombia lo hacía solo para el trópico”, describe Viviana.

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Los paisajes de Noruega

Trabajando en una de las mejores oficinas de arquitectura de Noruega

Seis meses antes de finalizar su maestría en Landscape Architecture, se postuló a una vacante como practicante en Snøhetta, una reconocida oficina de arquitectura de paisaje, conocida entre otras cosas por ser la que diseñó la Opera de Oslo, el museo de Lillehammer y la biblioteca Alexandrina.

Compitió con más de 900 personas de todo el mundo y la vacante fue suya. Un año después, con el título de maestría obtenido, cambió su posición laboral a Arquitecta Paisajista. Desde allí ha trabajado en el diseño de proyectos de gran envergadura como la ópera de Vladivostok, la Góndola en Alesund, o un workshop para apicultores en Oslo, el cual tuvo una característica social especial pues fue construido por presidiarios, como parte de su trabajo social.

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Durante su trabajo en Snøhetta

 “En Snøhetta diseño los espacios públicos, y la relación que hay entre arquitectura (objeto, edificio) y el espacio externo. También me enfoco en la parte de sostenibilidad, crear espacios para humanos y otras especies, preservar ecosistemas, resaltar su valor. Es una profesión intermedia entre el edificio y lo que está afuera de él”, explica Viviana sobre su trabajo.

“Gracias a la experiencia de estudiar en el exterior te conoces a ti mismo y te haces más fuerte. Tienes menos miedo de perseguir tus sueños, porque has pasado por muchas cosas y dices ‘Yo puedo hacer eso’"

Son logros que acompañan una carrera que ya empezado a acumular reconocimientos de alto nivel con base en su talento y profesionalismo. Durante el último semestre de su pregrado, participó en el proyecto Habitaculum que recibió el tercer puesto del concurso Decathlon Latinoamérica, por la realización a escala 1:1 (escala real) de una vivienda autosuficiente que fue construida en la Universidad del Valle, en la ciudad de Cali.

Asimismo, en el primer semestre de su maestría fue nominada en la categoría Excellence in proffesionalism de los AHO Wors, con el proyecto Porosity area of Hovinbyen, el cual consistía en reformar una zona industrial para convertirla en residencial. “En esa zona pasa un río, pero está canalizado. Mi propuesta era abrir el rio de nuevo a la ciudad, que hiciera parte del ecosistema, crear una isla para aves que estaban en lista de extinción con el objetivo de darles más espacio”, explica.

En una de sus jornada laborales.

Con la risa que descubre el nivel de satisfacción que siente por todo lo que ha hecho en los últimos años, Viviana mira en retrospectiva y analiza lo que ha pasado en su vida desde entonces hasta el presente.

“Gracias a la experiencia de estudiar en el exterior te conoces a ti mismo y te haces más fuerte. Tienes menos miedo de perseguir tus sueños, porque has pasado por muchas cosas y dices ‘Yo puedo hacer eso’. También tiene claro el impacto de la experiencia que sigue viviendo en Oslo. “Ese mix entre culturas siempre trae nuevos conocimientos y soluciones a cosas que no veíamos antes. Nos da herramientas para crecer profesionalmente y personalmente”, resalta Viviana.

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