Luego de tener la experiencia de transformar su experiencia profesional con una maestría en Estados Unidos, el profesor chocoano Beinerth Chitiva volvió a Quibdó para impulsar la construcción de una juventud mejor preparada desde el colegio y animada a soñar en grande. Este artículo hace parte de un especial que busca destacar el talento que está trabajando por el Chocó desde su territorio.
Escrito por: Luis Carlos Proaños O.
“Los chocoanos nos caracterizamos porque nos encanta formarnos. A nosotros nuestros viejos siempre nos dijeron «edúquense, estudien, prepárense». Eso caló en mí y siempre he visto la educación como esa oportunidad de transformarme”, así empieza la entrevista que Beinerth Chitiva le concedió a COLFUTURO.
Egresado como profesor de la Universidad Tecnológica del Chocó, decidió que quería tener más incidencia en el territorio y estudió también un pregrado en Derecho, en Cali y Bogotá. Luego de haberse desempeñado en ambos campos en la capital del país, sintió la necesidad de profundizar sus conocimientos y especializarse en el campo de la educación, pues era desde esa área donde quería aportar su grano de arena.
Fue así como, después de haber tenido un intercambio con The Amity Institute, como profesor en Estados Unidos, se convenció de que su destino académico estaba allá.
“No había recursos, pero se prendió un bombillo que decía ‘COLFUTURO’, y ese fue el acercamiento”, explica. Desde Michigan, aplicó a la convocatoria del Programa Crédito Beca en 2005 y recibió la gran noticia de ser uno de los 121 seleccionados de ese año.
“Los problemas son globales y los maestros siempre están buscando lograr que los estudiantes alcancen su máximo potencial. En torno a eso viraban las discusiones, los proyectos, las clases"
“Cerca del verano del 2005 cuando ingresé a la página de El Tiempo, vi mi nombre ahí caí de rodillas, me eché la bendición, le di gracias a Dios por estar en esa lista y sabía que mi compromiso era mayor, porque era de los pocos y primeros chocoanos en acceder a esta oportunidad. Fue meramente ceñirme a los lineamientos y requisitos”, recuerda emocionado.
Al iniciar su maestría en Education of Technology en University of Michigan, Beinerth vislumbró varias cosas que cambiaron su manera de ver la vida: la posibilidad de compartir con personas bien ranqueadas en el ámbito de la Educación, recibir clases de los mejores profesores en su campo y de entender que los problemas educativos son comunes en todo el mundo.
“Los problemas son globales y los maestros siempre están buscando lograr que los estudiantes alcancen su máximo potencial. En torno a eso viraban las discusiones, los proyectos, las clases y fue interesante conocer personas de diferentes culturas y religiones. Se conoce el mundo sin tener que recorrerlo. Es conocer el contexto donde se vive. Viví en una zona donde había alta población afroamericana y donde había mucha pobreza. Me recordaba un poco mi Quibdó natal porque a pesar de las diferencias de países, representaba algunas cosas de la ciudad”, rememora.
De esa etapa, tiene un especial agradecimiento para la Fundación por el impacto que tuvo para su vida. “COLFUTURO es una de esas entidades que genera transparencia y a mí no me lo contaron: lo viví. No tuve que buscar ayuda de nadie, ni cartas de recomendación”.
Y fue en este proceso cuando brotaron las primeras gotas del proyecto que desempeña en la actualidad: la conexión con la enseñanza y el aprendizaje de idiomas. “Uno se da cuenta de que todo en la vida está conectado y ese proyecto de investigación que hice para esa clase me permitió a mi regreso desempeñarme en Colombia en una universidad como coordinador del departamento de inglés y como profesor investigador desarrollé otro proyecto que se conectaba con eso”, recuerda.
“El dominio de una segunda lengua es uno de los mayores obstáculos para quienes quieren acceder a estudios de alto nivel porque en nuestras escuelas públicas su enseñanza todavía está muy por debajo de los estándares de calidad”, explica.
Por eso, luego de años trabajando tras su regreso al país decidió poner en marcha en 2014 el English Learning Center (ELC), una corporación para promover el aprendizaje de inglés en Quibdó y el Chocó rural. “Iniciamos ofreciendo cursos de inglés a muy bajo costo incluyendo libros y materiales de estudio. Ha sido exitoso, no en la parte de la sostenibilidad económica, pero sí en la parte de los resultados de servicio a la comunidad. Cuando nosotros llegamos acá tuvimos la oportunidad de trabajar en otras regiones del departamento por ejemplo en la zona costera: Bahía Solano, Capurganá, con algunos proyectos y en Quibdó”.
Al hacer seguimiento a los estudiantes que había apoyado, se encontró con la grata sorpresa de que los frutos sembrados empezaban a dar cosecha. “Recuerdo que el primer año que empezamos a hacerle el rastreo a este tema, empezamos a notar que a nuestros estudiantes les iba muy bien en las Pruebas Saber 11. Desde que empezamos a hacer ese rastreo de nunca hemos tenido un solo estudiante por debajo del promedio nacional”, explica.
Esto es un gran logro debido a las deficiencias en enseñanza para los estudiantes de Quibdó, específicamente en este ítem. Pero ese no fue el único ni el último éxito. “En el año 2019 nosotros logramos el mejor resultado en las pruebas saber 11 en el área de inglés a nivel Colombia comparados con cualquier institución educativa pública”, informa con orgullo.
“Lo que hacemos es tomar a los jóvenes para que desarrollen sus competencias comunicativas en inglés. La comunicación está en el centro de todo. No es enseñar desde la formalidad de un enfoque meramente gramatical"
Más de 1.000 estudiantes beneficiados en los cursos de inglés, cerca de 700 de ellos por fuera de Quibdó, un nuevo programa en 2023 llamado Semillas de Cambio, un programa integral de acompañamiento dirigido a las poblaciones más vulnerables de la capital del Chocó, la posibilidad de ofrecer becas para el aprendizaje del inglés a comunidades de bajos recursos, la generación de empleo para los profesores de la corporación, son algunos de los grandes resultados que ha obtenido lo que nació como una idea de Beinerth y que hoy es más realidad que nunca.
Al ver en perspectiva el impacto, imagina todo lo que podría realizar un proyecto de este calibre si contara con apoyos y sinergias comunes. “¿Qué pasaría si lo ya demostrado, que hay muy buenos resultados en un proyecto educativo, tuviera mayor apoyo? Eso me lleva a recordar un libro que me estoy leyendo actualmente, The Power of Positive Deviance (El Poder de la Desviación Positiva) que me regaló un gran mentor. Habla de un desvío positivo. Cómo, con muy pocos recursos y a pesar de las adversidades, alguien logra resultados muy buenos”.
Eso explica muy bien todo lo que ha recorrido en el camino atravesado por este proyecto. “Lo que hacemos es tomar a los jóvenes para que desarrollen sus competencias comunicativas en inglés. La comunicación está en el centro de todo. No es enseñar desde la formalidad de un enfoque meramente gramatical. Les enseñamos cómo pueden comunicarse para hablar de sus actividades diarias, de las cosas que normalmente hacen en la mañana, en la tarde, antes de salir para el colegio o cuando regresan al colegio. Cuando el estudiante entiende eso y lo empieza a hacer de manera casi que espontánea, después le puedes dar una pequeña explicación de cómo se forma la estructura gramatical”, explica.
Esta labor la compatibiliza con su trabajo como docente en la Universidad Tecnológica del Chocó. Es por eso que tiene claro que en este proceso la médula espinal son los maestros, quienes son los articuladores principales. “Cuando un maestro se compromete y despliega todas sus capacidades en el aula, empieza a ver cómo todo a su alrededor empieza a transformarse y los resultados se ven. Hay niños que a veces ingresan a estudiar con apatía, pero cuando están en un ambiente en el que se sienten seguros, respetados y bien tratados, empiezan a conectarse con sus profesores y con sus compañeros”.
Beinerth también hace parte de Redpensando al Chocó, una iniciativa creada por exbecarios del Chocó para aportar desde sus áreas de conocimiento al desarrollo del departamento. “Es una red que está llamada a dar lo que ha recibido, porque nosotros hemos tenido el privilegio de educarnos bien”, explica.
“El mayor aporte y uno de los caminos para empezar a resolver nuestros problemas es partiendo de la mentalidad de nuestros niños y nuestros jóvenes"
De ese modo, su labor está atravesada por un marcado componente social y por funcionar como articulador y receptor de ideas para darle un viraje de grandeza al presente y el futuro del territorio. “El gran compromiso nuestro como red es: hacernos oír, que escuchen todas las ideas. Hay una cantidad buenísimas en temas de ingeniería, de generación de nuevas energías, de salud y de educación. Hay gente que hace parte de la red que ha hecho cosas extraordinarias. Esperamos mantener ese compromiso y mantener ese ritmo de trabajo en favor del departamento”, se ilusiona.
Todo este bagaje e historia hace que este profesor chocoano, optimista por vocación, se dé a la tarea de imaginar la huella con la que sueña impactar a su territorio. “El mayor aporte y uno de los caminos para empezar a resolver nuestros problemas es partiendo de la mentalidad de nuestros niños y nuestros jóvenes. Cuando como comunidad lo entendamos, vamos a empezar a recoger los frutos de lo que sembremos. Esa obligación la tenemos como sociedad: maestros, estudiantes, padres de familia, organizaciones, el gobierno, en resumen, todos. Y es una de las apuestas que seguiremos empujando mientras estemos acá”, concluye.